La donación de órganos es un proceso que consta en extraer de alguna persona, o cuerpo, un órgano funcional para que este sea donado y trasplantado a alguien que lo necesita. Los donantes no solo pueden ser individuos que han fallecido, ya que, en algunas ocasiones, este proceso también lo pueden realizar sujetos vivos.
Sin embargo, las personas vivas solo pueden ceder su órgano o tejido, o parte de estos, si es que el proceso no altera el funcionamiento vital de sus cuerpos. No obstante, la mayoría de las donaciones ocurren cuando el individuo falleció. En estos casos, son sus familiares los encargados de hacer respetar su voluntad.
Conforme a datos entregados por Manuel González, director médico de la Clínica Bupa Reñaca, la pandemia causó una disminución en los trasplantes y donación de órganos, ya que en el 2019 se realizaron 533 cirugías de trasplantes en comparación a los 358 procedimientos que se realizaron en el 2020.
No obstante, según datos del Ministerio de Salud (Minsal), en el 2022, la tasa de donantes fallecidos por millón de habitantes fue de 8,6, cifra que muestra un aumento con respecto a los años anteriores 2021 (7,4) y 2020 (7,2).
El Instituto de Salud Pública (ISP) indica que el trasplante de órganos es un procedimiento quirúrgico que se realiza cuando las personas presentan fallas irreversibles en su órgano, por lo que este se debe extraer y ser reemplazado por uno sano que provenga de algún donante.
Además, la enfermera y Coordinadora de Gestión de Innovación en Salud en ColaboraMed, María Francisca Bustamante, señaló que el ISP "distingue a los pacientes solo por la condición clínica que tienen, no por el nombre".
Todas las personas mayores de 18 años en Chile son donantes de órganos por ley. No obstante, las personas deben comunicarles a sus familiares su voluntad, ya que, al momento del fallecimiento del individuo, serán ellos los responsables de hacer respetar su deseo.
Sin embargo, el Minsal aclara que solo son considerados como donantes las personas que pierden la vida por muerte encefálica, conocida también como criterio neurológico, causa que representa el 2% del total de los casos de fallecimientos del país.
Las personas vivas, que quieran ser donantes, deben ser mayores de 18 años y pueden donar su órgano a algún familiar directo o conviviente, aunque también pueden realizar este acto de manera anónima. No obstante, estas no son las únicas formas que existen de hacerlo.
Esto debido a que la entidad también aclara que, desde el 2017, una pareja de donante-receptor que esté relacionada, pero no sean compatible, puede ingresar a un listado nacional en el que se buscará una compatibilidad cruzada con algún otro dúo que esté en la misma situación.
En caso que una persona muera y forme parte del registro de no donantes, trámite que se realiza en notaria, su voluntad será respetada tras su fallecimiento. Sin embargo, si el individuo realizó este papeleo, pero desea cambiar de opinión, debe dirigirse a una oficina del Registro Civil y explicar su situación.
Por estos motivos, Bustamente, quien también posee un Magíster en Salud Pública, enfatizó sobre la relevancia de conversar con las familias sobre la decisión tomada, ya que "es importante fomentar la concientización sobre salvar vidas al ser donante. Generar la cultura de la donación y convertirla en un hecho habitual en la vida de cada uno".
Los órganos y tejidos que pueden ser trasplantados desde un donante que sufrió una muerte encefálica, conforme a lo indicado por el Minsal, son:
- Corazón
- Pulmones
- Páncreas
- Riñones
- Hígado
- Intestino
- Huesos
- Piel
- Córneas
En el caso que el donante falleciera por un paro cardio-respiratorio, solo se permite que pueda donar piel y córneas.
Además, el ISP indica que las personas vivas, pueden donar su pulmón, riñón, hígado, intestino y páncreas.
La entidad encargada de la gestión de la lista de espera es el ISP, lugar en el que se prioriza a los pacientes para la asignación de órganos y se determina la compatibilidad entre los receptores y el donante.
Según lo indicado por el director médico de Clínica Bupa Reñaca, la solicitud "de la necesidad de un trasplante es realizada por el equipo médico liderado por el médico tratante". Luego, el paciente, al ya estar en la lista, deberá esperar hasta que se encuentre un donante que sea compatible.
Además, de acuerdo con lo señalado por la Coordinadora de Gestión de Innovación en Salud en ColaboraMed, "la lista de espera de cada órgano y tejido es única, nacional y transversal al sistema público y privado. En ella ingresan todas las personas que necesiten un trasplante, sin importar su estrato socioeconómico".
El director médico, Manuel González, comentó que entre las ideas erróneas que tienen las personas sobre este procedimiento, se encuentra el hecho de creer que cualquier familiar puede decidir si el fallecido donará sus órganos.
Sin embargo, el profesional señaló que esto no es así, ya que la ley establece el siguiente orden familiar para tomar la decisión sobre el posible donante: "cónyuge, hijos mayores 18 años, representante legal o tutor, hermano mayor a 18 años, nieto mayor a 18 años, abuelos y cualquier consanguíneo hasta cuarto grado inclusive".
Otro mito que existe en estas ocasiones según González, es si el paciente receptor se puede contactar con los familiares del donante, hecho que no es posible, ya que la ley decreta confidencialidad sobre esta información.
Finalmente, otra situación que las personas pueden llegar a creer sobre este procedimiento es que la actitud médica cambiará al momento de saber que el paciente es donante, lo cual conforme a lo indicado por el director médico es totalmente falso. Esto debido a que "los criterios de donación son concretos y específicos, siendo unas de las características más relevantes el haber agotado todas las instancias médicas hasta decidir que un paciente es donante".
Fuente: latercera.com